En la vida atravesamos distintas etapas, en diversas épocas. Desde lo escolar hasta el desarrollo físico. En el ámbito financiero también existen estas etapas que se distinguirán unas de las otras.
MÉXICO.- En la vida atravesamos distintas etapas, en diversas épocas. Desde la etapa escolar o la etapa de desarrollo físico. En lo financiero, también existen estas etapas, que marca o podemos hacer pasar en cada una de ellas, una etapa que construirá en el acontecer siguiente.
Desde adquirir consciencia del dinero, hasta la responsabilidad e independencia, son las etapas que definen la la vida financiera. | Pexels.
De acuerdo con Estar donde Estés, señala que cada una de nuestras etapas nos demandará unas necesidades y prioridades financieras que se distinguirán de las otras. Si bien es cierto que hay gente que opina que unas son más importantes que otras, lo cierto es que cada una de ellas implica un aprendizaje acumulativo que nos enriquece.
Finanzas confa (Finanzas con Fátima) señala que, aunque especifique que son tres etapas, existen sitios especializados que extienden estas etapas hasta seis.
Etapas financieras.
1.- Primera etapa: Consciencia.
En este punto de tu vida, es necesario adquirir consciencia sobre nuestro dinero. Para ello, es menester que lleves un control de gastos para entender la forma en la que lo gastas. Así, podrás descubrir tus gastos hormiga y a qué le das valor.
Además de esto, deberías hacer una lista de tus deudas y verificar que estas no superen el 30% de tus ingresos y. finalmente, definir tus metas para darle un rumbo a tu ahorro.
2.- Segunda etapa: Responsabilidad.
En la segunda etapa, adquieres el sentido de la responsabilidad. Sus principales cualidades es que ya empiezas a hacer un presupuesto para destinar tu dinero; formar el fondo de emergencias que, por lo menos, abarquen 3 meses de gastos y, por último: empezar tu Plan Personal de retiro (PPR) y utilizar de manera correcta tus tarjetas de crédito.
3.- Tercera etapa: independencia.
Para llegar a la tercera etapa financiera, necesitas desarrollar distintas fuentes de ingreso y no sólo una. Asimismo, contar con ingresos pasivos, ya sea por rentas, regalías, comisiones, etc.
Es menester que en este punto no dispongas de deudas negativas y trabajar por gusto, no por necesidad.
Para finalizar, Fátima en su artículo puntualiza que “alguien que alcanza la libertad financiera, no quiere decir que tenga un nivel elevado de ingresos, pero sí un elevado nivel de tiempo libre”.