3 sesgos cognitivos que dañan tus finanzas

Los sesgos cognitivos son los atajos mentales que llevan a nuestro cerebro a simplificar el proceso de toma de decisiones; sin embargo, alejan a las personas del pensamiento racional y pueden dañar nuestras finanzas. 

MÉXICO.-  Entre los sesgos cognitivos, que se refiere a los atajos mentales que llevan a nuestro cerebro a simplificar el proceso de toma de decisiones y alejan a las personas del pensamiento racional se puede dividir en dos factores: unos sesgos sirven para potenciar el marketing; otros, por su parte, dañan severamente nuestras finanzas personales.

En SelfBank se puntualiza que, cada instante, nuestro cerebro se encuentra recibiendo información y emitiendo una respuesta; pero, existen tres principales sesgos cognitivos que empujan nuestras finanzas al fracaso

Todas las situaciones se encuentran sesgadas por las experiencias previas, que influencian nuestro raciocinio y nos dotan de distintas percepciones.  La economía conductual o dicho en inglés, behavioural economics, utiliza técnicas de psicología con el objetivo de complementar modelos económicos, por lo que justifica sus decisiones económicas y se encarga de analizar los errores de percepción o sesgos cognitivos.

3 sesgos cognitivos que empujan tus finanzas.

1.- Sesgo de confirmación.

En la década de los sesenta, el psicólogo inglés, Peter Wason demostró que las personas no solemos poner en duda nuestras hipótesis sino, más bien, confirmarlas. Wason solicitó identificar la regla detrás de la secuencia 2-6-6, en lugar de detectar que se trata de una sucesión creciente. 

Bajo el sesgo de construir el sesgo de confirmación, con el objetivo de construir nuestra opinión, recolectamos información de forma selectiva, siempre apilando ideas sobre lo que ya tenemos asumido como cierto.  Se trata de un error, porque en vez de partir de cero en la búsqueda de la solución a un problema, o en la elaboración de una respuesta, simplemente confirmamos la base de conocimiento previo.

El sesgo de confirmación es uno de los más delicados para las finanzas.

Si en tu experiencia previa como inversor resuena el nombre de una compañía,  Si en tu tiempo de experiencia inversora resuena el nombre de una compañía y llevas tiempo siguiendo su trayectoria y evolución, y esta evoluciona de forma positiva o se ha hablado bien sobre determinado producto financiero, entonces es probable que un nuvo dato favorable llegue a tu cerebro.

Solución: ante cualquier decisión significativa de inversión, no te precipites y contempla la posibilidad de equivocarte. Resetea tu cerebro y haz un análisis en profundidad considerando todos los indicadores y variables; trata de apartar tus apreciaciones previas sobre el potencial.

2.- Sesgo de ilusión de control.

El ser humano siempre busca controlar las variantes de su entorno para adecuarlas a su necesidad personal. Esto está implícito en todos los ámbitos, desde el laboral, personal, familiar e inclusive en las finanzas personales.  

El sesgo de ilusión de control lleva a las personas a que asuman, de forma errónea, que somos capaces de controlar todo lo positivo que nos sucede y que todo lo negativo ha sido más por causas aleatorias que se escapan de nuestro control.

En las finanzas, cualquier acierto previo no sólo fue debido a tu control o a tu ojo inversor; sino a múltiples variables económicas que se pusieron a tu favor.  

Por mucha que sea tu experiencia inversora, y por muy consciente que seas sobre ello, cuando te sientas demasiado confiado con tus inversiones, para un momento, reflexiona, pues puede que requieras de un análisis más profundo y ampliar tu ángulo de visión, diversificando más tu cartera.

3.- Sesgo del presente.

La mente humana se encuentra configurada para tomar decisiones de forma rápida, a cada instante. El problema: esas decisiones instantáneas no son adecuadas a todas las situaciones. El cerebro busca resolver las situaciones en tiempo presente y por eso priorizamos al elegir entre lo que reporta satisfacción ahora y no dentro de un tiempo, por ello es complicado desarrollar el hábito del ahorro.

Este sesgo impacta de forma negativa en la economía. Este sesgo se observa en otros ámbitos cotidianos y se trata de la justificación de cualquier procrastinación. 

En finanzas, el sesgo del presente resulta dañino, porque gastar lleva asociado una recompensa instantánea: adquirir un producto.  No obstante, aunque sabemos bien que el ahorro es fundamental y beneficioso, se posterga porque la recompensa tarda más en llegar.
 

Noticias Relacionadas

TE PUEDE INTERESAR

MÁS NOTICIAS

MÁS NOTICIAS