Los gastos impulsivos o los que parecen un exceso, también son válidos, siempre y cuando mantengas una correcta administración de tu dinero
MÉXICO.- En ocasiones gastar en un lujo o algo que soñaste genera un sentimiento de culpa, porque aunque realmente lo desearas, en el fondo piensas que pudiste gastar ese dinero en algo más útil o pudiste seguirlo ahorrando.
Los gastos impulsivos o los que parecen un exceso, también son válidos, siempre y cuando mantengas una correcta administración de tu dinero. No está mal darse un gusto de vez en cuando y no tienes razón para sentir culpa | Pixabay
Los gastos impulsivos o los que parecen un exceso, también son válidos, siempre y cuando mantengas una correcta administración de tu dinero. No está mal darse un gusto de vez en cuando y no tienes razón para sentir culpa.
Lo primero que debes aprender es diferenciar entre tres conceptos fundamentales que te explicamos, según el portal de Visa Finanzas Prácticas.
Necesidades primarias. Esto se refiere a los objetos o servicios que son indispensables para la conservación de la vida, es decir, es el mínimo necesario que resulta ser lo mismo para todas las personas, como el alimento, las prendas de vestir y la vivienda.
Necesidades secundarias. Son todos los objetos o servicios indispensables, pero que son determinados por tu estilo de vida, es decir, puede haber coincidencias, pero normalmente cada quien tiene necesidades secundarias distintas y aquí entra por ejemplo el transporte y la educación.
Gustos y deseos. En este rubro entra todo lo que te gustaría adquirir, pero que no son algo básico, aunque si no lo obtienes, tu bienestar se afecta de manera negativa.
Una vez que entiendas estos tres conceptos, debes elaborar una lista donde segmentes tus gastos en tres columnas. Cuando identifiques tus gastos, será sencillo que determines a qué destinas más dinero.
Así que antes de que hagas una compra, puedes plantearte las siguientes preguntas: ¿lo quieres o lo necesitas? y ¿puedes hacerlo?
La idea es que te asegures que no desequilibras otras áreas de tu vida para cumplir tus deseos, pues lo más importante es satisfacer las necesidades.
Si más adelante te encuentras en el predicamento de no poderlo adquirir en ese momento, regresa a tu lista y define una estrategia para conseguirlo, con las siguientes preguntas como guía:
- ¿Puedes recortar gastos de tus necesidades secundarias?
- ¿Hay sustitutos más económicos para alguna necesidad primaria?
- ¿Hay alternativas menos costosas para tus gustos?
- ¿A qué no estás dispuesto a renunciar?
- ¿Qué estás dispuesto a cambiar?
- ¿Puedes hacer un plan de ahorro?
Y sólo entonces sabrás si es posible que adquieras eso que tanto deseas, con la seguridad que no causarás afectaciones a las áreas más elementales de tu vida.