Un vistazo a la histórica tasa de interés que dejó una lección sobre inversión segura
MÉXICO.- En el mundo de las inversiones, los Certificados de la Tesorería de la Federación, conocidos como CETES, han sido considerados por décadas como uno de los instrumentos financieros más seguros en México.
Así, aunque aquel máximo histórico de los CETES en 1988 sea un punto de referencia interesante, es una lección sobre la importancia de considerar tanto las tasas de interés como la inflación al tomar decisiones financieras. |
Pero, ¿alguna vez te has preguntado cuál ha sido el rendimiento máximo que han ofrecido? Retrocediendo en el tiempo, nos encontramos con un momento que dejó una marca en la historia financiera del país.
Los CETES, emitidos por primera vez en enero de 1978, han sido una opción popular para los inversionistas que buscan seguridad y estabilidad en sus inversiones.
Estos instrumentos han sido respaldados por el Gobierno de México y su rentabilidad se ha mantenido, en gran medida, como un referente para los rendimientos conservadores. Sin embargo, los datos del Banco de México relacionados con los CETES inician en enero de 1982.
Desde esa fecha hasta hoy, ha habido varias semanas en las que los CETES han ofrecido tasas de interés atractivas, pero hubo un período que destacó por encima de todos.
De acuerdo con los registros del Banco de México, las semanas del 7 y 14 de enero de 1988 marcaron un hito en la historia de estos certificados. En esos momentos, los CETES ofrecieron un rendimiento sorprendente del 159.21 por ciento.
Es importante poner esta cifra en contexto. Si bien una tasa de interés tan elevada podría parecer una oportunidad única para los inversionistas, la realidad económica de ese momento la convirtió en un arma de doble filo.
Durante enero de 1988, la inflación en México se disparó hasta alcanzar un asombroso 176.83 por ciento anual. Esto significa que, si bien los CETES ofrecían un rendimiento nominal alto, en términos reales, los ahorradores se encontraban luchando contra una pérdida significativa de poder adquisitivo.
Comparando esta situación con la actualidad, donde los CETES están rindiendo un 11.28 por ciento en la primera semana de agosto de 2023, es evidente que el contexto económico es crucial para interpretar los rendimientos.
Aunque la tasa de 1988 podría haber parecido tentadora en términos nominales, la inflación extrema restó mucho de su atractivo en términos reales.
Este episodio histórico con los CETES nos recuerda que no se trata solo de buscar el mayor rendimiento, sino de entender el panorama completo. La inversión segura no solo se basa en números, sino en cómo esos números se relacionan con el entorno económico en general.
Así, aunque aquel máximo histórico de los CETES en 1988 sea un punto de referencia interesante, es una lección sobre la importancia de considerar tanto las tasas de interés como la inflación al tomar decisiones financieras.