Errores al tomar en cuenta el riesgo en las inversiones de instrumentos de deuda

Así puedes comprender la verdadera naturaleza del riesgo en inversiones y los desafíos asociados con la deuda

MÉXICO.- En México, existe una percepción equivocada de que invertir en instrumentos de deuda respaldados por bancos o el gobierno no conlleva ningún riesgo. Sin embargo, es importante entender que esta percepción es incorrecta.

A menudo olvidamos que incluso los bancos más sólidos pueden quebrar, como ocurrió con Lehman Brothers en Estados Unidos durante la crisis financiera de 2008. 

Lo mismo sucede con los gobiernos, que en ocasiones se endeudan demasiado y pueden optar por no cumplir con sus obligaciones de pago, como sucedió con los bonos emitidos por Grecia o Argentina. 

Es crucial comprender qué implica el riesgo en las inversiones. Aunque muchas personas asocian el riesgo con la posibilidad de perder dinero debido a robos o fraudes, en realidad se refiere a la volatilidad o variabilidad del valor de un portafolio de inversiones.

Si se invierte en una sola empresa, el portafolio será altamente volátil. Cualquier factor que afecte los resultados o el crecimiento de esa empresa provocará movimientos en el precio de sus acciones. Si la empresa tiene éxito, se puede obtener grandes ganancias, pero también se corre el riesgo de perderlo todo. Esto se considera un portafolio de alto riesgo.

Por otro lado, invertir en instrumentos de deuda de corto plazo, como los Cetes a 28 días, se considera un portafolio de bajo riesgo debido a su baja volatilidad. El valor de estos instrumentos tiende a aumentar de manera constante, y el riesgo de incumplimiento por parte del gobierno se percibe como muy bajo. Sin embargo, esto no significa que no pueda ocurrir.

Al combinar inversiones en acciones de una empresa y Cetes a 28 días, el riesgo del portafolio estará en algún punto intermedio, dependiendo de las proporciones asignadas a cada instrumento. La diversificación reduce en general la volatilidad de un portafolio y, por lo tanto, es una forma de controlar el riesgo, aunque debe realizarse con precaución para evitar un aumento innecesario del riesgo.

En cuanto a la inversión en deuda, se perciben dos riesgos principales:

Riesgo crediticio del emisor: Cuando se invierte en instrumentos de deuda, se presta dinero al emisor por un plazo determinado. 

La capacidad del emisor para generar flujos de efectivo y pagar intereses y el capital al vencimiento depende de su solvencia financiera. El riesgo crediticio varía entre los emisores, y las calificaciones emitidas por agencias calificadoras independientes ayudan a evaluar este riesgo, aunque no están exentas de equivocaciones.

Riesgo de precio: Aunque los instrumentos de deuda tienen un plazo de vencimiento, se pueden vender en cualquier momento en un mercado secundario. 

El precio de venta dependerá de la tasa de interés que paga el instrumento en relación con las tasas del mercado en ese momento. Si las tasas de interés suben, el valor de los instrumentos de deuda existentes disminuirá, ya que ofrecen tasas inferiores a las del mercado. 

Esto no implica necesariamente una pérdida real, ya que el instrumento seguirá pagando los intereses pactados y el capital al vencimiento si se mantiene hasta ese momento. Sin embargo, en el estado de cuenta, se reflejará el valor de mercado, que es el valor que se obtendría si se vendiera en ese momento.

En resumen, es fundamental comprender que invertir en instrumentos de deuda no está exento de riesgos. La percepción errónea de que estos instrumentos son completamente seguros puede llevar a una falta de apreciación de los posibles riesgos crediticios y de precio asociados.

Al diversificar adecuadamente el portafolio y tener en cuenta estos riesgos, se puede tomar decisiones de inversión más informadas y gestionar el riesgo de manera más efectiva.

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