El ratio precio-ganancias y sus consideraciones: Ventajas y limitaciones a la hora de valorar acciones

El ratio precio-ganancias (P/E): Es esencial comprender tanto sus beneficios como sus limitaciones, así como los criterios clave para utilizarlo correctamente y obtener el máximo beneficio

MÉXICO.- El ratio precio-ganancias (P/E) se destaca como uno de los indicadores de valuación más populares y utilizados en los mercados financieros. Sin embargo, es esencial comprender tanto sus beneficios como sus limitaciones, así como los criterios clave para utilizarlo correctamente y obtener el máximo beneficio.

Este indicador, como su nombre lo indica, se obtiene dividiendo el precio de las acciones por las ganancias por acción de la empresa. En pocas palabras, indica cuánto se está pagando por cada dólar de ganancia neta de la compañía, lo que lo convierte en un indicador intuitivo y sencillo de la valuación de las acciones. 

No obstante, este ratio tiene poco valor cuando se analiza de forma aislada. En general, es recomendable comparar la valuación de una empresa con su propia valuación histórica a lo largo del tiempo, la valuación de empresas comparables en el mismo sector o la valuación del mercado en general, utilizando, por ejemplo, un índice como el S&P 500.

Es importante tener en cuenta algunas consideraciones clave. La conocida frase "no comparar peras con manzanas" resulta relevante en temas de economía y finanzas, y se vuelve un consejo inteligente al utilizar adecuadamente el ratio precio-ganancias.

En este sentido, las comparaciones a menudo son inexactas, y es fundamental tener en cuenta las diferencias. Uno de los aspectos clave es el crecimiento: a mayor tasa de crecimiento esperado en las ganancias de la empresa, mayor será su valuación justificada. Si las ganancias crecen más rápido, es válido pagar un precio más elevado por ellas, y viceversa.

Una herramienta útil para ajustar los datos es el ratio precio-ganancias-crecimiento (PEG, por sus siglas en inglés: price to earnings growth). El PEG se calcula dividiendo el ratio P/E tradicional por el crecimiento esperado en las ganancias de la compañía, generalmente en los próximos cinco años.

De esta manera, una compañía con un ratio P/E de 20 veces los resultados del último año y un crecimiento esperado del 10% anual en los próximos cinco años tendría un PEG de dos. En cambio, si el ratio P/E se mantiene en 20, pero el crecimiento esperado es del 15% anual, el PEG disminuye a 1.3.

En resumen, el PEG demuestra que si dos empresas tienen el mismo ratio P/E pero una de ellas presenta un mayor crecimiento esperado, se podría decir que la opción de alto crecimiento está subvaluada en términos relativos.

Así como es relevante considerar las diferencias en las tasas de crecimiento entre diferentes empresas, también es esencial tener en cuenta otros aspectos que afectan la calidad del negocio, como los niveles de rentabilidad, la solvencia financiera o la trayectoria del equipo directivo, entre otros.

Una de las principales limitaciones del ratio P/E es que brinda una visión relativa de la valuación de las acciones, lo cual conlleva algunos riesgos significativos. En períodos de burbuja financiera o excesivo optimismo en los mercados, las valuaciones de muchos activos pueden alcanzar niveles demasiado altos. Por lo tanto, analizar la valuación de un activo en comparación con otros sobrevaluados puede conducir a conclusiones equivocadas y costosas.

También es importante tener en cuenta que las ganancias de una empresa en un año puntual pueden estar afectadas por factores extraordinarios o no recurrentes, y los datos deben ajustarse en consecuencia.

En última instancia, lo que se busca es comprender qué precio se está pagando por el activo en relación con las ganancias que la empresa puede generar de manera consistente. Si los resultados de un año en particular son excepcionalmente altos o bajos debido a circunstancias no repetitivas, es necesario incorporar este aspecto al análisis.

Son numerosos los factores que pueden influir en las ganancias de una empresa en un año determinado. 

Cuestiones contables como costos de reestructuración, ajustes en el valor de inventarios o amortización de activos, entre otros, pueden tener un impacto considerable en los resultados de un año puntual, pero no se repetirán en los años siguientes.

En algunas industrias, los resultados de las empresas pueden variar significativamente debido a factores económicos que escapan al control de la compañía. Por ejemplo, los precios de las materias primas o los niveles de demanda en la industria de la construcción son determinantes para muchas empresas, pero dependen de tendencias económicas generales, no de la estrategia empresarial.

Por lo tanto, en años en los que las condiciones de mercado sean excepcionalmente favorables o desfavorables, es recomendable analizar las valuaciones con cierta prudencia, teniendo en cuenta que estas condiciones pueden cambiar significativamente en el futuro.

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