Los métodos de pago clásicos resisten al crecimiento de las opciones digitales

En los últimos diez o quince años han proliferado nuevas maneras de pagar haciendo uso de las conexiones digitales y los dispositivos inteligentes. Las billeteras electrónicas, los códigos QR o las criptomonedas han vivido un momento de expansión, pero todavía no han conseguido seducir a la mayoría de la población mexicana. Si bien es cierto que van ganando terreno, un método clásico como el efectivo sigue siendo el líder como sistema preferido y el más utilizado, según una encuesta de la compañía Mastercard en 2023.


Siete de cada diez personas participantes en el estudio aseguran usar todavía el papel y las monedas, pero, con la digitalización de actividades, este escenario está cambiando. Han aparecido nuevas prácticas en nuestras vidas como el póker online, trasladando las partidas a todo tipo de pantallas, o las plataformas de streaming, que bajo un plan de suscripción proponen miles de películas y series. Ambas opciones están abiertas a los pagos móviles y al uso de las tarjetas con gran rapidez y sencillez.


Las tarjetas completan el podio


El efectivo sigue siendo la opción favorita de la población mexicana, sobre todo entre aquellos más mayores que desconocen el funcionamiento de otras opciones. Entre los argumentos que explican los motivos por los que sigue ocupando la primera posición de la lista, está la libertad que le es asociada, el hecho de poder cubrir necesidades diarias de una manera rápida y sencilla o la idea de tener una seguridad ante los riesgos financieros que existen en el mercado. Nunca está de más disponer de una cantidad, por poca que sea.


En segundo y tercer lugar encontramos dos métodos conocidos por la mayoría: la tarjeta de débito, con un 61% de uso; y la de crédito, con un 47%. Ambas muy usadas en el comercio online, la principal diferencia es que la primera permite gastar hasta el límite de fondos de la cuenta bancaria, mientras que, con la segunda, en cambio, se puede seguir gastando más allá de los fondos y los pagos para compensarlo se dan en los meses siguientes. Prácticamente todo el mundo dispone de una u otra tipología y hasta incluso de las dos.

 

 
Los sistemas digitales, ganando terreno


El resto de opciones que a continuación entraremos a mencionar están viviendo un proceso de expansión y no sería nada descabellado pensar que dentro de algunos años ocupen alguna de las tres posiciones delanteras. Un buen ejemplo son las billeteras electrónicas, aplicaciones o plataformas que permiten enviar, recibir y almacenar dinero en línea. Suelen usarse para realizar transacciones y, en la mayoría de ocasiones, están estrechamente vinculadas a los celulares y a una cuenta bancaria específica. Cuatro de cada diez mexicanos ya las usan.


Las tarjetas prepagadas, con un 36% de uso entre la población, están ganando terreno y haciéndose cada vez más populares. Aunque muchos las vinculen a las tarjetas del celular antes de la consolidación de los datos móviles y las redes wifi, se trata de un tipo de tarjeta de débito donde se recarga el importe del consumo que se podrá realizar. Muchas veces se pueden encontrar en las tiendas físicas como posible regalo y no suelen estar conectadas a ninguna cuenta. Son de gran utilidad para controlar el gasto.


Con una tercera parte de los encuestados como usuarios, están los sistemas de pago móviles. Como su nombre indica, usa los teléfonos inteligentes como elemento para realizar una transacción; aunque también permiten su uso en dispositivos como pulseras o relojes. Vinculados a una cuenta bancaria, se puede pagar a través de la tecnología NFC o enviar dinero de una manera directa a otro número. Es un sistema que cada vez se ve con más frecuencia y que sustituye, en gran parte, a las tarjetas físicas de débito y de crédito.

 
Y terminamos el artículo mencionando dos métodos menos conocidos, aunque con mucha presencia en los medios de comunicación. En primer lugar, las monedas virtuales (21%), donde hay muchas tipologías, que son aceptadas electrónicamente entre los miembros de una misma comunidad online. En segundo, los códigos QR, con los que a partir del escaneo de una imagen se realizan pagos sin contacto. Eso sí, para llevarlos a cabo se requiere un celular inteligente con acceso a internet.

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