Tipos de ETFs: Fondos Cotizados y sus diferencias.

En el imaginario colectivo existe un desconocimiento sobre los tipos de ETFs y de cómo unos pueden resultar ser mejor que otros, ya que, durante los últimos días, han resultado ser una excelente estrategia de inversión.

MÉXICO.- En la cultura financiera, los ETFs están de moda, pues son una excelente manera de invertir tu dinero; pero, en el imaginario colectivo de las personas con respecto a este rubro existen lagunas negras ya que se desconocen sus tipos, o las diferencias que existen entre ellos o los fondos cotizados.

De acuerdo con Inbest existen unos ETFs que son más populares que otros y es necesario conocerlos para disfrutar de una mejor salud financiera; además de conocer distintas estrategias de inversión para incrementar el valor de tu dinero.

En primer lugar existen los ETFs de réplica física. Estos se caracterizan por poseer las acciones del índice que tratan de replicar. En otras palabras: compran acciones que ponen el índice con el objetivo de mantener la proporción adecuada tal y como existe en el índice.

Por esta razón, de compra directa y real de acciones, su rendimiento siempre es muy cercano al del índice, excepto por las comisiones que se cobran y restan la rentabilidad total de la inversión.

Los ETFs de réplica por muestreo no compran todas las acciones que componen el índice, como los de réplica física; sino que, por otra parte, se centran en los valores más representativos. Así se reducen las operaciones de compra-venta y eso se puede traducir, también, en menos comisiones finales.

No obstante, los ETFs de réplica por muestreo tienden a tener un mayor margen de error en la replicación del índice, ya que no se encuentran representándolo de la forma más fiel posible, sino de forma aproximada.

Por esta razón, este tipo no son los más demandados.

Los ETFs de réplica sintética se refieren a otro tipo, ya que, a diferencia de sus hermanos, en este no se compran acciones. Ni todas, ni algunas que sean representativas. Es decir. no se compran las acciones físicas, sino que compran diferentes derivados financieros para imitar el movimiento del índice.

Además de los 3 ETFs anteriores, podemos diferenciar entre dos modalidades: los ETFs directos o los inversos.

Los primeros se comportan como el mercado; los inversos, por otra parte, se comportan de forma opuesta a como lo hace el mercado. En otras palabras: cuando el índice de referencia sube, el ETF inverso cae; y viceversa.

En este tipo de ETFs se utilizan para ponerse corto en índices enteros, ya sea porque se cree que van a caer al estar sobrecomprados o, simplemente, por tener una cobertura.

Los ETFs apalancados son aquellos que replican el índice con un multiplicativo, que se logra a través de deuda. Así, si un índice sube un 1% tendrías un ETF apalancado x5 en dicho índice. Es decir: tu ETF sube 5%; pero, cuando cae un 1%, tú caes 5%.

Los ETFs apalancados son, normalmente, también sintéticos.

Podemos diferenciar entre ETFs de acumulación y de distribución. Los primeros no reparten dividendos; sino que, por otra parte, se reutilizan para aumentar la rentabilidad. Los de distribución sí reparten dividendos a sus partícipes.

Lo más habitual es que los ETF sean de acumulación, ya que el rendimiento final resulta ser mayor.

En conclusión: existen muchos y muy variados tipos de ETFs. Por lo que conocerlos es fundamental si buscas invertir de manera inteligente sin poner en riesgo todo nuestro patrimonio.

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