Los adultos con ingresos limitados están menos seguros que los de las generaciones anteriores. Los adultos mayores enfrentan problemas de salud, pobreza, desempleo, baja cobertura en pensiones, créditos y en protección social, entre otras.
El informe del Center for Financial Services Innovation (CFSI) señala que, aunque los adultos de las generaciones anteriores podían jubilarse libres de deuda con una pensión y un seguro médico adecuado, la situación financiera es más desalentadora para el grupo actual de personas de 50 años o más.
Hoy en día, la realidad de los adultos mayores de 50 años —especialmente aquellos de bajos recursos económicos— es menos predecible y menos segura", afirma el informe. "A diferencia de las generaciones anteriores, estos adultos se enfrentan a un mayor costo de vida, una deuda creciente, una situación de vida cambiante, la desaparición de los planes de jubilación con beneficios definidos y una mayor dependencia del Seguro Social".
Dificultades crediticias
Los adultos mayores, micro y pequeñas empresas, trabajadores de la economía informal, profesionistas gig o freelancers, amas de casa y trabajadores que ganan el salario mínimo, son los más relegados.
Liliana Silva, experta en finanzas personales de la fintech Cash Cash Préstamos, aseguró que un sector muy discriminado en cuanto a prestamos son los adultos mayores, pues para acceder a estos hay un límite de edad de 64 años y 11 meses.
Además de este sector, les resulta difícil conseguir un préstamo a las micro y pequeñas empresas, trabajadores de la economía informal, profesionistas gig o freelancers, amas de casa y trabajadores que ganan el salario mínimo.
Por ello, las personas buscan un crédito o préstamos con familiares y amigos, en cajas de ahorro no reguladas, casas de empeño y hasta fintech apócrifas, lo que los expone a sistemas como las llamadas “pirámides” o intereses de hasta 400%, que resulta imposible pagar.
Por otra parte, Liliana Silva explicó que el principal uso que le da la gente a los créditos es para “ necesidades apremiantes, no en lujos. El Covid-19 cambió los estilos de vida y los patrones de consumo los volvió más austeros”.
Ahora, las personas requieren préstamos para adquirir medicamentos, consultas médicas, pagar servicios básicos como agua o luz y para comprar productos de la canasta básica.
México es un país sin empleos bien remunerados y donde gran parte de su población vive endeudada (...) y está entre las naciones con mayor pobreza laboral”, aseguró Silva.